Para
mí Crepúsculo va más allá de las palabras que el libro contiene, más allá de
vampiros o de una acción floja y que para mí sobra. La historia de Edward y
Bella es una gran historia de amor. La forma en la que te hace sentirlo...
Edward es un personaje complejo, un chiquillo congelado a una edad en la que no
llegó a conocer el amor, su forma de enfrentarse, después de 100 años, a sus
instintos más básicos, la lucha contra los deseos incompatibles de sangre, sexo
y amor, esa perplejidad ante los sentimientos recién nacidos y su curiosidad,
junto a la tensión sexual que envuelve a este personaje que necesita
controlarse constantemente, me resulta fascinante. Y después la protagonista,
su abandono total ante sus sentimientos, su férrea lucha por lo que ama sin
importarle las consecuencias, dispuesta a apostarlo todo, y consiguiendo que, a
través de su visión de Edward, te enamores de él tanto como ella y entiendas
sus decisiones. Si dejas que te cautiven los personajes de esta historia, sin
juzgarla, sin importarte el cómo, solo sintiéndola, sintiéndolos... te cautiva
para siempre
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